¿Es el PVC un buen antibacteriano?

El cloruro de polivinilo, conocido como PVC, se ha posicionado durante las últimas décadas como uno de los materiales con mayor proyección en el sector de la construcción. Su bajo coste junto a sus elevadas prestaciones y gran durabilidad lo han hecho insustituible en sistemas de canalización, cableado, ventanas o suelos, lo cual se ve reflejado en los datos ya que actualmente el 60% de la producción va dirigido al sector de la construcción.

 

Este material también ha conseguido ganarse la confianza de los médicos ya que muchos hospitales cuentan con ventanas, muros y suelos de producidos con material. ¿A qué se debe esta elección? Se debe a que este material cuenta con propiedades antiestáticas, antibacterianas e higiénicas. Estas características, junto a la resistencia a la rotura y bajas temperaturas, hacen de él un material insustituible, sobre todo, para cualquier tipo de envase, bolsas para la sangre, tubos para transfusiones o diálisis e instrumentos de todo tipo. Un importante producto para el sector de la medicina, pero también para el de la construcción.

 

El PVC es capaz de evitar y eliminar la generación de hongos y bacterias superficiales, además de tener una enorme resistencia a los ataques químicos en ambientes ácidos y, además, es eficaz contra distintos tipos de bacterias que puedan aparecer en la casa.

 

Sus ventajas más destacadas como antibacteriano son:

 

  1. Activación de sus características antibacterianas en ambientes donde se desarrollan bacterias y hongos.
  2. Tiene dos modos de actuación: impide la reproducción de los gérmenes y acabo con los ya existentes.

 

Es la solución para mantener una protección higiénica en aquellos lugares donde la limpieza normal no garantiza su eliminación total. Además, es una de las mejores alternativas para que nuestro hogar cuente con las mejores condiciones y la menor suciedad y contaminación.

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